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30 noviembre 2010

CELEBRANDO LA VIDA. Acto Cultural llevado a cabo por usuarias de Fundación Sobrevivientes

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la NO Violencia contra la Mujer, las usuarias de Fundación Sobrevivientes presentaron un acto cultural como reflejo de sus deseo y sus sentimientos. Este evento aconteció el 29 de Noviembre de 2010 en las instalaciones del Hotel Western Camino Real, de ciudad Guatemala.

Compartieron con nosotros su alegría y su creatividad.

Por estas mujeres luchadoras que han encontrado la fortaleza para sobrevivir existe Fundación Sobrevivientes y los equipos de trabajo en Chiquimula, Jalapa, Baja Verapaz y Guatemala.
 
Además, en este espacio y para demostrar la estimación a todas la mujeres y hombres que por sus acciones desde los diferentes espacios en que se desenvuelven han demostrado su entrega, valor y respeto más allá de su deber, se hizo entrega de un Diploma de Honor al Mérito y el Acuerdo respectivo del Consejo Directivo de Fundación Sobrevivientes a operadores de justicia del Ministerio Público e investigadores y oficiales de la Policía Nacional Civil que con su aporte y desempeño han contribuído de modo decisivo a se haga justicia en muchos casos que Fundación Sobrevivientes ha llevado a los tribunales. Traduciéndose este trabajo en condenas judiciales hacia los agresores y víctimarios de mujeres, niñas y niños.
Igualmente se reconoció la labor y entrega de la trabajadora destacada, nuestra querida Vanessa, quien con su profesionalismo y firme convicción contribuyó en la recuperación emocional e integral de usuarias (mujeres, niñas y niños) de la Fundación Sobrevivientes.

27 noviembre 2010

LAS ESCLAVAS INVISIBLES

Reproducción parcial de reportaje aparecidio en el sitio web de "Periodismo Humano" sobre la trata de mujeres en la frontera sur de México (entre Guatemala y los estados del sur mexicano). Con la autoría de Óscar Martínez  y  fotos: Edu Ponces y Toni Arnau. Febrero de 2009, estado de Chiapas.
Presentamos extactos de un trabajo periodístico extenso que puede encontrarse en http://enelcamino.periodismohumano.com/2010/11/23/las-esclavas-invisibles/
[.....] No diremos dónde se ubica porque ese fue el trato para entrar en él. Pero el sitio exacto es lo de menos. Calipso está en una de las bautizadas como zonas de tolerancia de la frontera entre México y Guatemala. Está del lado mexicano. Todos son iguales, con las mismas dinámicas y la misma carne. Decenas de antros de prostitución y bailes eróticos que hacen de estos pueblos y ciudades sitios frecuentados por animales de la noche. Tapachula, Tecún Umán, Cacahuatán, Huixtla, Tuxtla Chico, Ciudad Hidalgo… Todas son poblaciones donde la diversión huele a baratos aceites de fruta mezclados con sudores, tabaco y alcohol. Todos son antros donde el sexo es lo que vende. Y todos, también el Calipso, son sitios en los que es muy complicado encontrar a una mexicana, pero donde las hondureñas, las salvadoreñas, las guatemaltecas y las nicaragüenses abundan. Aquí, a pesar de estar en México, la mercancía, como se suele llamar a las chicas, es centroamericana.
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Los dueños manejan con hermetismo sus sitios. A fin de cuentas, emplean centroamericanas indocumentadas, y la mayoría de lugares tienen un ala con pequeños cuartuchos donde esas mujeres, tras bailar en la barra, tras fichar con un cliente, terminan encerradas con él, no sin que este antes pague en la barra por el servicio. Por ocuparla. Aquí, en esta frontera, las prostitutas, para decir que estaban en uno de esos cuartos, dicen “Me ocupé”. Como si hablaran de dos, una que maneja a la otra, como si el cuerpo que tuvo sexo con ese hombre fuera un títere que ellas ocuparon para el momento.
A Calipso llegué de contacto en contacto. De una ONG que pidió no mencionar su nombre en este reportaje, a Luis Flores, representante de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), a Rosemberg López, el director de Una Mano Amiga, que trabaja en la prevención del VIH, y que conocía a la administradora del Calipso porque es uno de los antros donde lo dejan dar sus charlas. Él intercedió y ella cedió, luego de una conversación cara a cara y de repetir varias veces las razones, intenciones y temas de los que se hablaría con las muchachas.
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El ostracismo se ha convertido en un firme candado ahora que un viejo pero desconocido fantasma atormenta a muchos dueños de bares que prostituyen a niñas y mujeres centroamericanas contra su voluntad. Desde que en 2007 se aprobó la ley para prevenir la trata de personas, las organizaciones civiles han aumentado su presencia en foros, y el título “trata de blancas” suena cada vez más. Y ese título no significa otra cosa que el tráfico de mujeres jóvenes para dedicarlas a la prostitución sin su consentimiento. Y ese fantasma es viejo porque la trata ocurre en esta frontera desde hace décadas. Pero sus mecanismos son finos, y su telaraña, difícil de descifrar.
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“A ver, papaíto, ¿qué es lo que va a querer? ¿En qué le podemos ayudar?”. Érika se sienta en la mesa. Pide una cerveza. Es la 1:30 de la tarde. Después de esta, tomará una tras otra hasta más allá de la medianoche.

Salió de su país con 14 años y dejó a los dos gemelos que parió cuando tenía 13. “Iba para el Norte.” Y el Norte en este camino siempre es Estados Unidos. “Lo que todos buscamos, una mejor vida.” Venía con otros cinco niños. A ellos “les pasaron accidentes, y mucho escuchamos que a las mujeres las violaban”. Érika prefirió quedarse en Chiapas. Lo hizo en Huixtla, un municipio de esta zona de burdeles, de este triángulo donde habita ese fantasma del que pocos, muy pocos hablan con claridad. Llegó un lunes o miércoles, no lo recuerda bien. Llegó al hotel Quijote a pedir trabajo.

—¿Pero cómo una niña de 13 años queda embarazada y decide migrar?
—Es que nunca conocí a mi familia. O sea, que yo soy de Honduras, pero soy de esa gente que no tiene papeles pues. Nunca tuve un acta de nacimiento. O sea, como si uno fuera un animal.

¿Cómo era su vida? De esclava, como dice ella. Con cinco años, el trabajo de Érika era ir por las calles de su comunidad vendiendo leña y pescado. Si la niña regresaba con algo, si Érika no lograba venderlo todo, le esperaba María Dolores con un cable eléctrico y la azotaba hasta abrirle surcos en la espalda. Luego cubría esas heridas con sal, y obligaba a su hermano a que se las lamiera. Un día de esos, un día de lamer su espalda, su hermano murió ahí, en el suelo donde ambos dormían. De parásitos, dijeron. Érika está convencida de que esos parásitos salieron de los surcos de su espalda.
Llora y rechina los dientes con rabia. Al lado se estaciona una camioneta. Tres clientes más entran a Calipso.

—El día que mi hermano se murió yo también enfermé, me llevaron al hospital, y nunca más me llegaron a traer. Después de eso, empecé a vivir como un borrachito de la calle, entre basureros.

Dos años anduvo así. Vendiendo esto, cargando aquello, pidiendo por ahí, durmiendo en cualquier esquina. A los 8 años se topó con María Dolores, la señora de los latigazos, que la convenció de volver a su casa. “Yo estaba chiquita, no entendía muy bien, así que me fui con ella”. Los golpes disminuyeron, pero la vida empeoró. Omar, uno de los hijos de la señora, tenía ya 15 años, y Érika empezó a ser violada por el muchacho.

—Por eso yo me pregunto: ¿cómo voy yo a entender de sexo normal si me acostumbré a que él me amarraba de pies y manos y entonces me hacía el sexo?

Sentada en un bordillo de la calle de tierra, sollozando afuera de Calipso, Érika empieza a dibujar el perfil de las migrantes centroamericanas que dan vida a la noche fronteriza. Muchas de ellas sin estudios, provenientes de una vida de desintegración familiar, maltrato y agresión sexual, llegan niñas a los burdeles, incapaces de distinguir entre lo que es y lo que debería de ser. Carne de cañón.
Interior de habitación de una joven explotada en un  prostíbulo de Chiapas, México.
“Si no partís de la realidad social de nuestros países, no vas a entender”, me había explicado el guatemalteco Luis Flores, encargado en Tapachula de la OIM, que desarrolla proyectos en la zona y atiende a centroamericanas víctimas de trata. Convertidas en mercancía. “Vienen violadas, acosadas, de familias disfuncionales, donde muchas veces su padre o su tío las han violado. Muchas nos han dicho que ya sabían que en este viaje las iban a violar, que es una cuota que hay que pagar. Se calcula que ocho de cada diez migrantes mujeres de Centroamérica sufren algún tipo de abuso sexual en México, según el Gobierno guatemalteco (seis de cada diez, según un estudio de la Cámara de Diputados mexicana). Viajan con eso, sabiendo que las abusarán una, dos, tres veces…[.....] El abuso sexual perdió sus dimensiones. Desde ahí entendé el fenómeno de la trata. Saben que son víctimas, pero no se asumen como tal. Su lógica es: sí, sé que esto me pasa, pero ya sabía que me pasaría.”

Hay, como dice Flores, una expresión acuñada en este camino de los indocumentados: cuerpomátic. Hace referencia a la carne como una tarjeta de crédito con la que se puede conseguir seguridad en el viaje, un poco de dinero, que no maten a tus compañeros, un viaje más cómodo en el tren…
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Érika, la niña violada desde los 8 hasta los 13, parió a sus dos gemelos cuando le faltaban seis meses para cumplir los 14. El relato de pandemónium sigue, como si su única continuidad posible fuera empeorar.

—Yo no sabía qué era el embarazo, solo sentía que engordaba. La señora me acusó de puta. Le dije que era de su hijo. Y me dijo que yo era como mi madre, una prostituta, y que yo también iba a dejar a mis hijos como perros. Entonces, me volvió a tirar a la calle. Me sacó desnuda, como por cinco cuadras, del brazo, hasta el parque, ahí me dejó, y desde ahí tuve que volver a empezar.
Y volver a empezar fue volver a la limosna, a la basura, a las esquinas. Ahí parió, en esas calles, y entonces decidió probar suerte. Dejó a sus hijos con una vecina de la que durante años fue su verdugo, y emprendió el viaje hacia Estados Unidos con otros cinco niños. Ahí es cuando, tras escuchar que este es un camino de muerte y vejaciones, tras ver a sus amigos mutilados, decidió quedarse. No sabe si fue un lunes o un miércoles cuando llegó al hotel Quijote.

“La mayoría empieza como meseras comunes. Luego se hacen ficheras y terminan prostituyéndose, generalmente llegan hasta ahí con engaños”, explica Flores una lógica que también se podía leer en el libro del investigador Rodolfo Casillas, “La trata de mujeres, adolescentes, niños y niñas en México, un estudio exploratorio en Tapachula”. En este texto también se establece el escandaloso rango de edad desde el que se prostituye a las niñas: “De 10 a 35 años, difícilmente de más. Aunque el problema de la trata se recrudece entre las que son menores de edad, principalmente las que tienen entre 11 y 16 años”.

Desde el restaurante del hotel Quijote Érika escuchaba propuestas.

—Llega un cabrón y me dice: “Vámonos, yo te consigo lugar en un bar, vas a ganar más”. Entonces si te apendejás, sí es un problema. Un montón de hombres te dicen eso: yo te alojo, te consigo papeles, te consigo trabajo, pero vas gastando en comida, transporte, hospedaje.

La bailarina hondureña se guarda sus detalles. Como la mayoría de testimonios de trata, se cuentan en tercera persona, y nunca se sabe si un relato de otra es un trozo de la autobiografía de la que habla. Incluso entre ellas la trata es un fantasma. Si le ocurrió, le ocurrió a otra.

Érika asegura que no se dejó engañar. “No me apendejé”. Que fue ella, por su propia voluntad, la que dejó el Quijote y se fue a un antro. Que aquella niña con un parto fresco se plantó frente a la dueña del local y le impuso sus reglas: “Yo vengo a trabajar de bailarina, pero no me vas a tener encerrada como a las demás. Yo no soy pendeja. Aquí trabajo cada noche, termina, y me pagan de una vez. Es que como me crié en la calle, sé defenderme”.
Entonces, hay que preguntar por las otras.

—¿Cómo tenían a esas otras mujeres?

—Estaban encerradas, no las dejaban salir. Solo un tiempo de comida les daban. El hombre que las llevó ahí les dijo: “Buena onda, vas a trabajar, pero tenés que pagar”. Es que la persona que te lleva pide un dinero por una al dueño del bar, y eso te lo va a sacar el del bar a ti. Te llevan a venderte, pues. A mí nunca me hicieron eso. A las demás sí, porque son pendejas.

Esta razón se repite como justificación de los testimonios: la culpa es de las que se dejan. Pero las que se dejan, como explica Flores, son muchachas inocentes, sin educación, que no saben de denunciar nada, que son fáciles de amenazar. ¡Si te escapás, llamo a Migración y te meten presa! “Es un problema de docilidad”, dice el guatemalteco. De 250 migrantes violadas que la OIM detectó en un proyecto de atención, solo 50 se dejaron asistir, no denunciar, sino ser asistidas médica y sicológicamente. El resto asumió que era inútil, que les volvería a pasar, que faltaba mucho camino.
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Casillas y Flores explican que las hondureñas y salvadoreñas se cotizan bien en estos negocios porque, a diferencia de las mexicanas de esta zona indígena del Soconusco chiapaneco o de las pequeñas mujeres morenas de la autóctona Guatemala, las primeras tienen cuerpos menos compactos y tez menos oscura.

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En una ocasión, recuerda Flores, mientras intentaba entrevistarse con estas mujeres, se acercó a una que hacía esquina en la plaza central de Tapachula. Le explicó que estaba recopilando entrevistas para su organización, que si podían hablar. La respuesta de la chica fue la de una persona bajo vigilancia. “No puedo, me pega mi patrón”, se excusó emulando con sus gestos la negociación con un cliente. Sonrisa, no, no, gracias, adiós.
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La segunda razón por la que las mujeres no huyen, explicaron los encargados de esa organización fronteriza, es la vergüenza. El pasado. Explicar dónde estuvieron. Y el miedo. Que les descubran su mentira. Flores lo explica con otro ejemplo, con una amenaza que circula en estos bares: “Sacan a una niña indígena de su tierra, le dicen que va a ser mesera, y la venden como prostituta. Le quitan sus documentos y le aseguran que si escapa, que si no obedece, contactarán a su familia y le mostrarán fotos de ella en las piernas de un hombre en el bar. Dile a una guatemalteca que toda su aldea se enterará de que no era mesera, sino prostituta, y pídele que se regrese. Verás que no quiere”.

Desde su última frase, los pequeños ojos negros de Keny dejan caer un hilo de lágrimas que se limpia con una servilleta y con un sutil movimiento que impide que se le corra el maquillaje.

—En estos años, ¿te has encontrado con mujeres que están a la fuerza?

—Han venido por su propia voluntad, porque ellas quieren. He escuchado comentarios de mujeres que las venden, pero cuando ya ven el lugar, se quedan. He hablado con algunas de ellas, y me dicen que se quedaron porque les ha gustado el dinero. Entonces es por su propia voluntad.

Otra vez el fantasma. Otra vez la fina red que hace que la trata no parezca trata. Culpa de la muchacha. Ella quiso quedarse. Los métodos de chantaje de los tratantes se camuflan como propuestas en las mentes de mujeres acostumbradas a sufrir y a ser valoradas como mercancía. Al final, nadie tiene la culpa. Las cosas son como son. Así han sido siempre.
Aspecto de una habitación de una joven que es explotada sexualmente en un prostíbulo de Chiapas, México.
La trata es confusa hasta para aquellos para los que no debería serla. En Tapachula está una de las oficinas de la Fiscalía Especial para Delitos contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevintra). Solo hay tres en todo México. Eso a pesar de que en un informe publicado el 2 de febrero de este año, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito aseguró que en México la negligencia de las autoridades y el escaso reconocimiento del crimen hacen que la trata sea un delito en aumento. Solo tres oficinas en un país de 31 estados, a pesar de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía registra que alrededor de 20,000 niños y niñas son esclavizados en explotación sexual en este país.

Aunque por convenios internacionales México debería haberlo hecho en 2003, no fue hasta septiembre de 2007 cuando entró en vigor una ley que contempla la trata como un delito y obliga a las autoridades a prevenirla. Sin embargo, a esa ley aún no la acompaña el reglamento que dicta cómo deben operar los perseguidores de ese crimen ni tampoco se ha creado la comisión intersectorial que debería dictar estas normas y crear un sistema de información.

Desde su despacho, David Tamayo, el “fiscal anti-trata” de Tapachula, la ciudad atestada de bares y de historias de niñas obligadas a actuar como mujeres en la cama con un desconocido, contestó con quejas y tibiezas.

—¿Qué tan común es que reciban casos de trata de centroamericanas?

—Han llegado muy pocos. Este tipo de delito casi no se denuncia, porque quienes intervienen, Migración, y otras instituciones, no los canalizan acá, las deportan, y se pierden las denuncias. Es un fenómeno preocupante, pero fantasmal, no se ve. Solo de cuatro asuntos hemos conocido.

—¿Y cuántos procesos han ganado?

—Están en proceso todos.

—¿Puedo hablar con un fiscal que lleve un caso?

—No, es confidencial.

—Siendo fiscalía, ¿no actúan de oficio?

—No. Solo se politizan las cosas. Nuestra tarea es la divulgación de la ley y la prevención. La policía es la que trata de ser operativa. A veces nos avisan, a veces no. Por la cuestión de fuga de información. Es otro problema que enfrentamos, nunca nos avisan de los operativos. Los grupos delictivos están incrustados en las policías.

—¿Son redes criminales bien organizadas?

—Es característico de los cárteles. Abarcan todos los delitos de orden federal: secuestro, narcotráfico, trata de personas. No conocemos concretamente qué grupo es el que está en esto. Es imposible identificarlos.
Y eso es una mentira rotunda. Uno de estos días visité en Ciudad Hidalgo, el municipio bañado por las aguas del río Suchiate, a un miembro de la alcaldía. Le comenté que buscaba historias de mujeres en prostitución, y accedió a llevarme a un bar llamado Las Nenitas. Enclavado entre callejuelas de tierra, a las 2 de la tarde solo dos mujeres estaban tras la barra. Tesa nos atendió. Era una guapísima hondureña, alta y morena, enfundada en botas de plataforma, un pantalón ceñido y una blusa escotada hasta el escándalo. En Las Nenitas, contó el funcionario, todas se prostituyen. Comenté a Tesa mi interés en hablar con ella, sin mencionar la palabra trata. Dijo que sí, que hablaría conmigo otro día, y me dejó un número de teléfono que nunca contestó.

Al salir del bar, el funcionario explicó que el dueño del antro era un zeta muy reconocido en Ciudad Hidalgo. O sea, un miembro de esa banda criminal que opera por independiente y como brazo armado del Cártel del Golfo. Que cómo sabía eso, le pregunté. Contestó que Ciudad Hidalgo era muy pequeña, y que el dueño siempre que sale, porta un fusil AR-15 y se hace acompañar por tres guardaespaldas armados. Dijo que en la ciudad esa banda controlaba la trata, enviaba gente a reclutar muchachas a Centroamérica y a veces secuestraban migrantes y las vendían a camioneros como material de usar y tirar. Por una noche. “No diga mi nombre, por favor”, fue lo último que dijo el funcionario.

Respecto a lo que argumentó el fiscal de que es imposible identificar a esas bandas, habría que agregar que hay una abismal diferencia entre querer y poder. Entre intentar y temer.

Son las 4 de la tarde, y Keny se levanta de la mesa y se calza un delantal para llevar cervezas a los clientes. Hoy hará doble turno. Más tarde dejará el pantalón, las chancletas y el delantal, y los cambiará por unas sandalias de plataforma negras y un chillón traje amarillo, con botones en un costado, para poder arrancárselo sobre la pista de baile.

Connie regresa al antro y se cruza con Keny cuando esta se aleja. “Qué ondas, vieja”, se saludan. Connie no trabaja de mesera. Lo suyo es la noche. Fichera y bailarina. ..........................

Dice que un compatriota suyo, un guatemalteco que trabajaba en esta zona como mesero, le dio la llave de salida. Le dio la idea para escapar de un mundo que ella quería dejar luego de ver la suerte que le espera a una joven de su edad en las calles de su barrio. Un mes antes de que hiciera la maleta rumbo a los prostíbulos de Tapachula, donde llegó primero, su hermano había caído muerto a media calle. Tres disparos. Era cobrador de una ruta de autobuses de la capital guatemalteca. Tenía 16 años y una pandilla lo quería reclutar. La Mara Salvatrucha, la pandilla más peligrosa del mundo según el FBI, le ofreció encargarse de extorsionar a los conductores de los autobuses. De ofrecerles seguridad a cambio de una cuota o inseguridad a cambio de su negativa. El hermano de Connie rechazó la propuesta. Ante la negativa, tres balazos: pecho, abdomen y cabeza.
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Mientras niños y niños caían abatidos por el plomo, su vida transcurría: su padre se emborrachaba cada noche y la acosaba, como hacía desde que ella tenía ocho años. Su madre, como Connie explica, se encargaba de “embarazarse y embarazarse”. Ella es la mayor de sus ocho hermanos.

Muchas niñas centroamericanas, explicaron los cónsules en Tapachula de El Salvador y Honduras, escapan de situaciones de marginalidad. De circunstancias que, traducidas a hechos, son el miedo a una pandilla o una vida familiar peor que la que podrían llevar como niñas de la calle. Son aquellas circunstancias que relativizan, que les permiten ver la prostitución, la violación, la trata, con los prismáticos de una realidad distorsionada. Una realidad donde los niños caen muertos por decenas, los padres son acosadores y los barrios, zonas de guerra.

Por eso, dentro de su mundo, Connie, que desde niña trabaja en prostíbulos, recorta la realidad y divide lo que le parece normal a lo que le parece inusual para responder a la pregunta de cuál es su peor recuerdo desde que llegó.

—Hubo un tiempo en que me fui a trabajar a Huixtla, a otro negocio de allá, y me detuvo Migración en Huehuetán. Me enfermé de los nervios, me dio depresión. Nunca había estado en un lugar así, con tanta gente. Era la única mujer entre tanto hombre, me acosaban. Eso es una prisión. El encargado de Migración me daba a entender que si yo le daba sexo, él me dejaba ir.

En Chiapas, según ha documentado la CNDH, ocurre que a veces las autoridades migratorias actúan como acosadores de las mujeres. ¿Quién quiere denunciar un caso de trata a un agente que te ofrece sexo a cambio de libertad? Y la negligencia no termina ahí. El Instituto Nacional de Migración, como ya explicaba el fiscal anti-trata, es el que muchas veces impide que estos testimonios de trata lleguen a un juzgado o a los cónsules.

El cónsul guatemalteco no quiso hablar del tema. Nelson Cuéllar, el salvadoreño, sí aceptó sentarse a explicar por qué hay cosas que aquí no funcionan. Dice que en sus tres años como funcionario en Tapachula solo ha visto dos casos de trata. Pero dice que en ambos, al final, frente al agente del Ministerio Público, eligieron no denunciar. Por lo demás, enterarse de la trata de blancas depende de la suerte, no de la cooperación de otros.

—Cuando hacen las redadas en centros de tolerancia no nos informan. Las repatrian a sus países. Migración debería de avisarnos antes de deportarlas, para entrevistarlas, ver si han sido víctimas. Pero las regresan como si fuera un migrante normal al que agarraron caminando. Es más, se maquilla todo por parte de ellos.
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Aunque sean migrantes que apenas han cruzado el río Suchiate, algunas de las centroamericanas que dan vida a estos prostíbulos son el sustento de sus familias. Por eso, explica Connie, “muchos niños y niñas de Guatemala se vienen con gente que llega allá a ofrecer a uno que van a ganar buen dinero”.

Así, niñas y niños. Nada más el pasado 13 de febrero, policías federales y miembros de Fevintra allanaron una casa en Tapachula. Adentro encontraron encerrados a 11 niños, todos en un cuarto maloliente donde dormían en lonas, sobre el piso. Las autoridades acusaron al dueño de la casa, un mexicano de 41 años, de obligarlos a trabajar hasta 14 horas en las calles, como su ejército de esclavos, en la venta de globos, cigarros y golosinas. Lo acusan también de negarles agua y comida, y de propinarles golpizas si no vendían lo suficiente.

Es hora de dejar ir a Connie. La hora estelar se acerca, y pronto tendrá que subir al escenario o sacar fichas a varios hombres.[.....]
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Antes de irse, Connie voltea a verme, y responde a una pregunta que al parecer quería que le hiciera. ¿A qué te dedicás ahora? ¿Qué harás en el futuro?

—Yo ya no me ocupo. Lo hice al principio, pero ya no, no me gusta. Y no pienso quedarme aquí. En unas semanas me voy. Mi novio me dice que él me va a sacar y que va a mantener a mi familia. No quiero que mis hijos me vean así.

Por desgracia, nada de eso pasará. Sé que Connie es una de las que se ocupa en el bar. Sé que hace solo unas noches entró al cuarto con un hombre y que lo volverá a hacer hoy. Y lamentablemente, cuando dijo lo que dijo, Connie no sabía que su novio la abandonaría unos días después.
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Mañana, con otros nombres, con otros hombres, la escena volverá a empezar en Calipso y en decenas de antros de la frontera. Las centroamericanas volverán a agitarse. Como lo hacen todas las noches, como lo hacen desde niñas.

25 noviembre 2010

EL EMBAJADOR DE LOS ESTADOS UNIDOS FIRMA CONVENIO DE COOPERACIÓN EN APOYO A LA FUNDACIÓN SOBREVIVIENTES

Fuente: Sitio web de la Embajada de Estados Unidos de América en Guatemala
Guatemala, 23 de noviembre de 2010
El Embajador de los Estados Unidos Firma Convenio de Cooperación por $100 mil en Apoyo a la Fundación Sobrevivientes.
El Embajador de los Estados Unidos de América, Stephen McFarland, la Directora Ejecutiva de la Fundacion Sobrevivientes, Norma Cruz, firmaron hoy el convenio de cooperación por $100 mil dólares donados por el Departamento de Estado de ese país, en apoyo a la Fundacion Sobrevivientes, para el fortalecimiento de los servicios sociales, legales y psicológicos que proporciona a las mujeres víctimas de la violencia y a sus familias. La ceremonia fue realizada en la sede de la Fundación, en la ciudad de Guatemala.

El convenio se realiza en el marco de la conmemoración, esta semana, del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (el 25 de noviembre), según declaración de las Naciones Unidas, y del inicio de la campaña internacional de los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género.
Embajador Mc Farland conversa con doña Aura Suruy, usuaria de la Fundación Sobrevivientes
El convenio renueva y reafirma la relación de socios entre la Embajada de los Estados Unidos y la Fundación Sobrevivientes (http://www.sobrevivientes.org/).

En el 2009, la Directora Ejecutiva de la Fundación, Norma Cruz, recibió en reconocimiento a su labor el Premio Internacional a las Mujeres de Coraje (International Woman of Courage award, IWOC), de manos de la Secretaria de Estado, Hillary Clinton.

24 noviembre 2010

“DURANTE 2010 SE HAN REGISTRADO 127 SENTENCIAS POR FEMICIDIOS EN LOS TRIBUNALES DE JUSTICIA Y TAMBIÉN SE HAN PRESENTADO 46 MIL DENUNCIAS DE ACTOS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER” . Norma Cruz

Fuente: Edición electrónica del diario "Prensa Libre" del 24 de Noviembre de 2010
La justicia guatemalteca ha recibido este 2010 unas 46 mil denuncias de casos de violencia contra la mujer, lo que refleja que se está rompiendo el silencio sobre este tipo de agresiones.
“Durante 2010 se han registrado 127 sentencias por femicidios en los tribunales de justicia y también se han presentado 46.000 denuncias de actos de violencia contra la mujer” , dijo la directora de la Fundación Sobrevivientes, Norma Cruz.

La gran cantidad de denuncias “demuestra que ya no somos indiferentes ante estos hechos. Se está rompiendo el silencio” , indicó Cruz.

“Se han visto avances en varias instituciones, entre ellas la Policía Nacional Civil, que ahora pone más atención a este tipo de denuncias” , agregó Cruz en un seminario realizado con ocasión de la conmemoración, este jueves, del Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer.

En el seminario el embajador francés en Guatemala, Philippe Bastelica, exhortó a las autoridades a “reforzar su lucha contra la impunidad y garantizar la protección y reparación de las mujeres y niñas víctimas de violencia”.
En otra nota informativa del mismo diario pero en su edición impresa dió a conocer la visita que efectuó el señor Embajador de los Estados Unidos de América a la sede de la entidad. Durante la actividad el embajador escuchó a la Sra. Aura Suruy, madre de tres niñas asesinadas de forma violenta, sobre su caso y la ayuda que recibió de Fundación Sobrevivientes. Ver más información en este enlace.

16 noviembre 2010

GUATEMALTECAS LIBERADAS DE PROSTÍBULO EN MÉXICO

Tres menores guatemaltecas que eran explotadas con fines sexuales fueron liberadas el fin de semana de un club nocturno de Comitán gracias a un operativo de la policía de Chiapas, México.
Por María de Jesús Peters. Publicado en edición electrónica del diario "Prensa Libre" del 16 de Noviembre de 2010. Y notas informativas de los medios "El Fronterizo de Chiapas""Cuarto Poder" 
En un operativo implementado el sábado último por la Fiscalía Especial en Atención a Delitos Cometidos en Contra de Inmigrantes, en el bar llamado Chicagos Bar, ubicado en la zona de tolerancia de este municipio, ubicado a unos 100 kilómetros de la frontera con Guatemala, se logró el rescate de las tres guatemaltecas.

El bar era administrado por Gloria García Gómez y Julio César Arguello López, quienes fueron detenidos como supuestos responsables del delito de Trata de Personas con fines de explotación sexual.

De acuerdo a informes de la dependencia estatal, el operativo de rescate se implementó luego de que el consulado de Guatemala en Comitán interpuso la denuncia, por la cual se inició la averiguación previa 265/FEDCCI-CJT1/2010, por el delito de Trata de Personas en contra de Gloria García Pérez Gómez y Julio César Arguello López.

Las menores al igual que otras mujeres centroamericanas eran obligadas a consumir bebidas alcohólicas con los clientes y mantener relaciones sexuales con ellos, durante largas jornadas que superaban las 14 horas al día.

Según las primeras declaraciones de las víctimas, recibían un promedio de 150 pesos por cada servicio, siendo obligadas a sostener hasta 15 relaciones sexuales al día con los clientes.

Las menores guatemaltecas están bajo la custodia de las autoridades de Chiapas, quienes reciben atención médica, psicológica y ministerial.

Mientras tanto, las dos personas detenidas fueron puestas a disposición de las autoridades correspondientes acusados de los delitos de Trata de Personas, previsto en los artículos 5, 6 y 7 y sancionados por el Artículo 8, fracción II de la Ley para Combatir, Prevenir y Sancionar la Trata de Personas en Chiapas, alcanzando una sanción penal de hasta 18 años de prisión.

También enfrentarán un proceso por el delito de Asociación Delictuosa previsto y sancionado en el Artículo 370 del Código Penal de Chiapas, con lo que podrán alcanzar una pena de hasta 10 años de cárcel.

En otra nota relacionada se menciona también que:
Al caso anterior hay que agregar el de tres menores de edad que fueron rescatadas durante un operativo realizado en el bar "Garibaldi", propiedad José Martín Vives Avendaño.

Después de una denuncia que recibió el Ministerio Público, de fuentes consulares, se instrumentó un operativo en el bar donde fueron "rescatadas" las tres jovencitas.

La Fiscalía Regional de la Procuraduría de Justicia del Estado inició la averiguación previa FS 94-T2/404/2010, por el delito de trata de personas.

El consulado denunció ante el Ministerio Público que hace unos días una menor de edad escapó del bar y denunció que en el sitio había otras jovencitas que eran obligadas a prostituirse.

En total son seis jovencitas menores de edad las que eran explotadas por presuntos tratantes de blancas en un bar del barrio La Pileta y en la "Zona de Tolerancia". Fueron trasladadas a Tapachula a la sede de la Fiscalía Especializada en Atención a Delitos Cometidos en Contra de Inmigrantes.

Los dueños de los bares fueron consignados ante el Ministerio Público por trata de personas y delincuencia organizada.

En mayo de este año, la policía rescató a dos jóvenes hondureñas de 18 y 22 años de edad, que eran obligadas a prostituirse en un bar de la comunidad San Gregorio Chamic, del municipio de Frontera Comalapa.

Las jóvenes fueron identificadas como Griselda e Ingrid Torres Vázquez, de 18 y 22 años de edad.

Las jovencitas laboran en la cantina "Bar Titanic", ubicado en la Carretera Panamericana, entre los poblados de Chamic y Joaquín Miguel Gutiérrez.

Se supo que las dos hondureñas intentaban llegar a los Estados Unidos, pero fueron "enganchadas" por tratantes de blancas que prometieron guiarlas, pero las obligaron a prostituirse en el bar.

Fuentes oficiales aseguraron que el dueño del bar se dio a la fuga y actualmente la negociación está cerrada.

13 noviembre 2010

UN PRESUPUESTO POR LA VIDA

Integrantes de diversas organizaciones no gubernamentales y de servicio, realizaron una manifestación pacífica en las afueras del Congreso el 11 de Noviembre de 2010.
Con información de Telediario del 12 de noviembre y  del stio web Todo por mi Guate.
Norma Cruz, directora de Fundación Sobrevivientes, declaró:
"Hemos demostrado que utilizamos los recursos con transparencia. No somos de esas grandes ong's a las cuales les asignan millonadas en dinero y después se lo roban. En el caso nuestro todas recibimos muy escasos recursos. El ejecutivo vino con una propuesta en la cual a unas instituciones ya las elimina y en el caso nuestro -Fundación Sobrevivientes- nos reduce de Q3 millones a Q 500 mil el aporte."
El Congreso guatemalteco discute desde hace semanas la propuesta de presupuesto de gastos del Estado para 2011, la cual fue enviada por el Poder Ejecutivo para su aprobación.

El proyecto incluye ayudas a instituciones no gubernamentales benéficas y de asistencia humanitaria hasta por 200 millones de quetzales (unos 25 millones de dólares), sin embargo, durante la discusión del mismo se ha conocido la intención de varios legisladores de dejar fuera esas partidas.

"El Congreso debe garantizar la asignación de recursos para las instituciones no gubernamentales que atienden a miles de personas (afectadas por diversas enfermedades) que no son atendidas por el Estado", dijo a Efe una dirigente de la Fundación Amor, María Lidia Orellana.
El presidente del Congrego guatemalteco, Roberto Alejos, salió de su despacho para dialogar con los manifestantes, con los que se comprometió a garantizar que sean incluidos los recursos para sus instituciones en el presupuesto de 2011.
Se entregaron un total de 15 mil firmas de guatemaltecos a los diputados para que proceda con la aprobación del presupuesto digno el cual sería de Q3 millones por institución y así puedan funcionar sin problema en el período del 2011.
Norma Cruz, de la Fundación Sobrevivientes, mencionó que se les permita estar presentes en el Congreso al momento de que sea discutido el presupuesto nacional donde hizo un llamado a los diputados y diferentes bancadas que les brinden el apoyo a la hora de su respectiva aprobación.
Además Norma Cruz expresó que el presupuesto del 2011 debe de responder a las necesidades de los guatemaltecos en materia de seguridad, justicia y salud.

En la manifestación participaron organizaciones de ayuda a enfermos de cáncer, VIH/sida, afecciones renales y cardíacas, así como otras que ayudan a víctimas de la violencia contra la mujer.

El presupuesto digno para la vida es para que el estado cumpla a cabalidad en aportar el dinero para las instituciones Fundación Sobrevivientes, Consejo de Bienestar Social, Consejo de Bienestar Social, el Patronato de acción contra la Lepra, Asistencia Medica para la Recuperación del Enfermo Renal y Red de Sobrevivientes del Cáncer.

El Gobierno del presidente Álvaro Colom pretende que el Parlamento apruebe para el próximo año un presupuesto por un monto de 52.000 millones de quetzales (unos 6.500 millones de dólares).

12 noviembre 2010

“ LE DIMOS DEMASIADO TIEMPO A LA JUSTICIA Y TODOS ESOS GRUPOS QUE EJERCÍAN UN CONTROL SOBRE LA JUSTICIA SE FORTALECIERON, SE ORGANIZARON Y SE REDISTRIBUYERON EN DIFERENTES ACTIVIDADES DELICTIVAS”. Ramón Cadena

El ABOGADO Ramón Cadena, experto en derechos humanos, evalúa la importancia de la sentencia condenatoria en el caso de Fernando García.
Por Louisa Reynolds. Publicado en la edición electrónica del "ElPeriódico" del 12 de Noviembre de 2010

¿Cómo sienta precedente la condena en el caso de Fernando García?
– Ahí ya hay una sentencia que reconoce que la desaparición forzada es un delito continuado. Aunque los tribunales de primera instancia no sientan jurisprudencia, están mostrando un compromiso con los derechos humanos.

Pero la Corte de Constitucionalidad (CC) impidió el avance del caso de la quema de la Embajada de España.
– La CC tiene sentencias importantes como la de desaparición forzada pero en la justicia transicional –que investiga y condena las violaciones de derechos humanos durante los conflictos armados– ha jugado un papel nefasto. Evitar la extradición a España en diciembre de 2007 de los acusados de la quema de la embajada fue una sentencia de impunidad; este año emitió otra sentencia contraria a los derechos humanos cuando entorpeció la labor de la Cámara Penal para reiniciar la investigación del caso de Efraín Bámaca.

El próximo año llega a tribunales el juicio por la desaparición de Alaíde Foppa.
– Sería importante que se diera una condena, ya que por primera vez se estaría juzgando y sentenciando a un funcionario de alto nivel del gobierno de (Romeo) Lucas García.

¿Cuán importantes son los archivos de la Policía Nacional como evidencia documental?
– Tienen hechos y datos, recogen la historia de un país.

¿Qué revelan casos como el de Fernando García sobre la cadena de mando al interior de las estructuras policiales y militares?
– La justicia está identificando a los responsables materiales, pero identificar a los responsables intelectuales es más difícil. Las sentencias dan conclusiones importantes respecto de la relación entre militares de alto nivel y mandos medios.

¿Puede el dominio del hecho utilizarse como argumento de la defensa?
– La CC ha emitido otra vez una sentencia en la que insinúa que la Cámara Penal, en el caso de Río Negro, debería de revisar una sentencia y da a entender que se debió tomar en cuenta el principio de obediencia debida. Es gravísimo que el tribunal más alto dé a entender que estas personas actuaron bajo órdenes superiores y que debiera haber una exención de responsabilidad penal. Hay un principio básico que dice que no se puede invocar la obediencia debida: estas personas ya eran mayores de edad, sabían lo que hacían, si bien se puede considerar que eran militares de menor rango, el principio básico los obligaba a no acatar órdenes ilegales.

Hablando de impunidad, ¿cómo evalúa el trabajo de la CICIG?
– El grave problema con la CICIG es que para lograr resultados efectivos depende del apoyo del sistema de justicia, del Ejecutivo, y en Guatemala el Estado está tan cooptado que el Congreso no aprueba las leyes que la CICIG pidió desde hace rato. Debemos poner en la agenda la discusión de qué hacer después de la CICIG. Si el mandato no es prorrogado y si se retirara, la situación de Guatemala ameritaría la creación de un tribunal especial o ad hoc.

¿Es necesaria la anuencia del país para esto?
– No, esta es una de las medidas que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas puede tomar para el mantenimiento de la paz mundial. Sería un criterio que se aparta de que sólo durante las guerras se atenta contra la paz mundial. En mi opinión podríamos decir que el narcotráfico y las mafias atentan contra la paz.

¿El mandato incluiría sólo casos del presente o los del conflicto armado?
– Por la debilidad de las instituciones, la falta de respuestas del sistema de justicia, la grave impunidad y la gran cantidad de estructuras paralelas, un tribunal especial para Guatemala sería para crímenes cometidos durante el conflicto armado y crímenes en la época moderna.

¿Es un tema discutido ya?
– Con algunas embajadas, pero la posición es que cuando se dieron las masacres hubiera sido el momento; sin embargo, cualquier intento de crearlo era bloqueado por Estados Unidos o por la Unión Soviética. Aunque sea muy difícil que el Tribunal Internacional apruebe un tribunal ad hoc para Guatemala, las circunstancias lo ameritarían. Vendría a lograr algo que el sistema de justicia no ha logrado: procesar a los responsables de crímenes graves. Nosotros le dimos demasiado tiempo a la justicia y todos esos grupos que ejercían un control sobre la justicia se  fortalecieron, se organizaron y se redistribuyeron en diferentes actividades delictivas.

09 noviembre 2010

RETRASO JUDICIAL AFECTA A LA NIÑEZ QUE ES VÍCTIMA DE VIOLENCIA

La falta de juzgados que atiendan casos de niños víctimas de violencia ha ocasionado que sus casos se prolonguen demasiado, lo cual incide en que puedan ser objeto de más vejámenes.
Por Sandra Valdez. Publicado en edición electrónica del diario Prensa Libre del 9 de noviembre de 2010

Los tres juzgados de la capital que llevan este tipo de casos ya tienen audiencias programadas hasta agosto, septiembre y octubre del 2011, por lo que será hasta esas fechas cuando resolverán a favor de los niños.

Miguel Ángel Giordano, magistrado presidente de la Sala de la Corte de Apelaciones de la Niñez y Adolescencia, explicó que le han solicitado a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que les autoricen un nuevo juzgado del mismo ramo para Villa Nueva, ya que los casos de ese municipio y los cercanos son conocidos por un juez de Mixco.

Además, dijo, solicitaron cuatro juzgados itinerantes, debido a que no todos los departamentos tienen uno.

En todo el país funcionan 20 juzgados de la Niñez y Adolescencia Víctimas de la Violencia.

Varias formas de violencia
Estas instancias judiciales llevan casos de niños víctimas de maltrato, así como de trata, abuso sexual, abandono, mendicidad, falta de educación o registro, por lo que los juzgadores no se dan abasto.

“Han venido niños con VIH-sida abandonados, y un hogar les busca tratamiento en el exterior. Por no estar registrados acuden aquí para poder sacarlos del país, pero a los jueces les da temor dar resoluciones de ese tipo”, aseguró Giordano.

Con poca representación
A esta situación crítica se agrega que la Procuraduría General de la Nación (PGN) solo tiene cuatro investigadores para todo el país.

Sara Payes, de la PGN, refirió que efectúan las pesquisas para representar al niño ante el juez.

Ante esa situación, Giordano aseveró que el equipo multidisciplinario de trabajadores sociales y sicólogos debe ayudar a establecer la situación del menor para dar un mejor panorama al juzgador.

Sin embargo, manifestó que los procesos son ingresados de inmediato ante el juez, quien da una medida provisional, pero se debe esperar hasta un año para una resolución definitiva.

08 noviembre 2010

CIUDADANO INDIO VINCULADO A TRATA RESIDE ACÁ EN GUATEMALA

Informe de la Policía de India refiere que esta persona recibe aquí a sus conciudadanos para hospedarlos.
Texto, Kenia Reyes. Fotos, Moisés Castillo. Tomado de la edición electrónica de "ElPeriódico", de fecha 4 de Noviembre de 2010.

La captura de Adil Vali Mohammed, ciudadano de la India, dejó al descubierto a las autoridades de Nueva Delhi cómo se coordina la trata de personas que opera desde ese país hasta este continente. La línea empieza desde captar a las víctimas, elaborar los documentos ilegales y luego trasladarlos a Guatemala, donde siguen su viaje de manera ilegal hacia México, Estados Unidos y Canadá.
La información entregada a autoridades migratorias en Guatemala de parte de la Policía del aeropuerto de Nueva Delhi, con la captura de Vali Mohammed el 1 de noviembre, reveló además la identidad de la persona que recibe en Guatemala a estos ciudadanos para organizar su hospedaje y  luego trasladarlos hacia México. El informe oficial refiere que Ronnie Pali, de Jalandhar, Punjab, se encarga en Guatemala de recibir a sus conciudadanos y los hospeda en casas de seguridad.

El mismo documento que resume las averiguaciones de las autoridades indias da cuenta que el costo del viaje de Nueva Delhi hacia Norteamérica oscila en los  US$66 mil 500.

Cuando entran a Guatemala, donde no les exigen visa, son despojados de su pasaporte. El propósito es que cuando lleguen a su destino final, la red pueda reclamar a sus familiares la suma acordada.

Por ahora, en Guatemala no hay registros migratorios de la salida de Vali por el Aeropuerto Internacional La Aurora. Las autoridades sospechan de que pudo utilizar una identidad falsa. Sin embargo, han ubicado que Pali, de acuerdo con la información oficial, se encuentra en Guatemala. La Policía Nacional Civil (PNC) intenta ubicarlo.

Incremento en ingreso
Hasta la fecha, durante 2010 ingresaron en el país 4 mil 224, y de esta suma 740 regresaron a su país de origen. El resto se cree que o están aquí o son parte del grueso de personas trasladadas en forma ilegal hacia Estados Unidos o Canadá.

El interventor de Migración, Enrique Degenhart Asturias, explicó que ya solicitaron por medio del Ministerio de Relaciones Exteriores reunirse con los encargados de la Embajada de la India en Guatemala, para considerar de nuevo el uso de visa como requisito para el ingreso de sus ciudadanos.

“Queremos discutir el procedimiento de control para que no se use a Guatemala como una puerta más en el tráfico de personas. Ya en la Oficina de Responsabilidad Profesional de la Policía se abrió un expediente para investigar si personal de esta institución puede estar involucrado”, refirió Degenhart Asturias.

Degenhart explicó que desde que les informaron del incremento en el ingreso, se verifican más los datos de su estadía; además, se indaga sobre los medios económicos para su permanencia en Guatemala.

“Aquí lo que está pasando es que cuando se les cerró el paso por el Caribe a los de India, donde ya se les exigió el uso de visa, optaron por continuar con el trasiego de personas a través de nuestro país”, añadió el interventor.

Hace un  mes la Policía Nacional Civil (PNC) detuvo en Retalhuleu a siete indios que caminaban por las calles. Ellos explicaron que no tenían sus documentos de identidad, que se encontraban en una casa de seguridad en que los habían dejado abandonados. Ese día habían decidido salir y las autoridades los encontraron deambulando en las calles.

El Ministerio Público investiga el caso, aunque no existe aún una resolución .

Mauro Verzeletti, de la Pastoral de la Movilidad Humana, explicó que desde 1999 ha señalado el paso de indios. “Hay que investigar sobre esa corrupción en las instituciones del Estado, aquí no es sobre la migración ilegal sino la incrustación del narcotráfico y crimen organizado en las entidades estatales en este tema”, refirió.

elPeriódico intentó obtener la versión de la Embajada de la India en el país, pero no se obtuvo el contacto.

07 noviembre 2010

COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS EMPLAZA AL ESTADO DE GUATEMALA POR CASO DE CLAUDINA VELÁSQUEZ

La Comisión Interamericana resolvió el 4 de octubre que el Estado tiene tres meses para ahondar en las causas de la muerte de una estudiante de Derecho.
Por Claudia Palma. Publicado en el diario "ElPeriódico" del 5 de noviembre de 2010
Jorge Velásquez saca de su maletín la resolución de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), la cual declaró “admisible” el caso del asesinato de su hija Claudina Isabel Velásquez Paiz. El Estado por medio de la Comisión Presidencial de los Derechos Humanos (Copredeh) tiene tres meses para ahondar en las causas de la muerte.

Ayer por la mañana el padre de Claudina se aprestaba para exponer, una vez más, los errores en la investigación, esta vez en la Convención de Criminología del Ministerio Público.
Lo expone en medio de un duelo que él reconoce no ha cerrado, de un relato entrecortado que comienza con la última llamada que recibió de Claudina, el 12 de agosto de 2005, a las 23:45 horas, cuando le decía: “Papi, ya voy para la casa”.

Un recuento que pasa por la noche durante la cual retiraron la caja durante el velatorio para tomar las huellas digitales, porque los fiscales olvidaron hacerlo en la escena del crimen; la búsqueda de los amigos de su hija, de 19 años, quien desapareció después de una fiesta en la colonia Panorama, Ciudad San Cristóbal, y cuyos testimonios se contradicen.

ANTE LA CIDH
El 4 de octubre admitieron el caso 12,777, como lo registró la CIDH. El informe revela que el Ministerio Público entrevistó a los padres 40 días después de la muerte y no ubicaron a los amigos de Claudina de inmediato.

Al cadáver lo levantaron como XX en la colonia Roosevelt, zona 11, y lo trasladaron en una unidad común, no en un vehículo refrigerado. Fue violada, pero la saliva o el semen de sus victimarios nunca fueron analizados porque la morgue depositó en una bolsa la ropa y colocada en la caja.

En el informe forense que se presentó 17 días después había imprecisión en la hora de la muerte, faltó consignar las manchas de sangre y las heridas reportadas en el álbum de fotos, y no se determinó la posición del cadáver. Claudina murió a causa de un disparo el 13 de agosto, a las 5 de la mañana, de acuerdo con la declaración de una vecina.

En mayo de 2006 el MP reconoció las falencias en un informe. El Estado asegura ante la CIDH que esa institución cumplió con su labor y que los recursos no se han agotado.

Ruth del Valle, directora del Copredeh, asegura que la resolución será acatada y el procedimiento es sentarse con los peticionarios para “buscar una solución negociada”.
Jorge Velázquez, padre de Claudina
El 21 de noviembre Claudina cumpliría 25 años. “Sus amigas se han graduado de abogadas. Ella tenía tantos planes (silencio). Han pasado 5 años, 2 meses y 23 días. Yo no quiero ninguna conciliación. Quiero justicia”, afirmó Jorge.

Ver los siguientes enlaces relacionados al caso de Claudina Velázquez:

CASOS DE VIOLACION Y ABUSO SEXUAL SE CONCENTRAN EN CIUDAD GUATEMALA Y EL MUNICIPIO DE MIXCO

Hasta octubre de 2010, el Ministerio Público ha recibido 9,371 denuncias de delitos sexuales. Un promedio de 32 por día.
De cada 10 agresores, 7 son familiares o personas cercanas a la víctima.
Dora Alicia Muñoz | Consultora Unicef. Reportaje publicado en el periódico "SigloXXI" del 2 de noviembre de 2010
“LO PRIMERO QUE HACE EL AGRESOR ES CONTROLAR A LA VICTIMA...”
Ángeles iba en la parte trasera de un carro, junto a una amiga y su novio. Al volante, un amigo de éste y la prima de su amiga. Después de unos tragos y algunas cervezas, recuerda algunos episodios de aquella noche. Luego de pasar por una tienda de conveniencia cercana a El Obelisco, enfilaron hacia la carretera a El Salvador.

El conductor desvió el carro hacia un mirador. Cuando se estacionó, el novio de Ángeles se bajó, con la excusa de que necesitaba ir al baño. “El chavo (conductor) se pasó para atrás y me empezó a besar; yo gritaba y mi amiga le pegaba. Pero llegaron otros dos desconocidos y las agarraron a ellas. Sólo supe que a mi amiga también la violaron”.

Yo llamaba a mi novio, pidiendo auxilio. “Yo le pegaba (al agresor) pero él también. No sé si de la vergüenza o qué, pero me desmayé. Cuando me desperté me sentía sucia, con mucho dolor”. Mi novio me dijo que él no tenía nada que ver con lo que había pasado, porque había ido a comprar algo. Después me dijo que seguramente yo le estaba coqueteando a su amigo, y se fue con su amigo y los otros dos agresores.

Así terminó la historia de Ángeles, quien ingresó en una discoteca de la zona 10 para una electrofiesta de Halloween, pese a que sólo tenía 17 años. “¡Cómo no me detuvieron en la entrada!, para que no pasara lo que pasó”, lamenta. “Mi mamá me llamó a las once y media más o menos para encargarme que me fuera para la casa temprano, pero uno es necio y no oye consejos; uno cree que la gente con la que anda son superhéroes”, indica.

Lejos de ser los personajes valerosos y defensores, quienes están alrededor pueden convertirse en los villanos de algunas historias; 7 de cada 10 casos de abuso y violación sexual son perpetrados por personas cercanas a la víctima. Pueden ser familiares (padre, padrastro, tíos, hermanos, primos) o que tiene alguna relación de poder o autoridad sobre la víctima (maestros, sacerdotes, jefes), de acuerdo con expertos en el tema. Pero también hay abusadores que atacan fríamente. Escogen a su presa y planifican el asalto (lea: Cómo cuidar a los niños).

Algunos abusadores “construyen una etapa de confianza y acercamiento para luego lograr su cometido. Es muy frecuente que pase en chicas de 16 a 23 años, que son las edades favoritas para ciertos agresores. Mientras más jóvenes son, más placer sienten de experimentar con ellas”, indica la psicóloga Lucrecia Castillo.

2010: UN PROMEDIO DE 32 DENUNCIAS POR DELITOS SEXUALES
El Ministerio Público ha recibido 9,371 denuncias por los delitos de agresión sexual, violación, estupro, abusos deshonestos e incesto, 32 diarias en promedio. La mayor cantidad de denuncias se concentra en la capital (1,869), Mixco (464) y Villa Nueva (385). En 2009, el ente investigador recibió 11,436 denuncias, 31 por día, en promedio.

La mayoría de abusos se da en niñas, porque hay más vulnerabilidad, pero también se da en varones, como el caso de una comunidad en Alta Verapaz donde se supo que un extranjero abuso a más de 30 niños, expresa la consultora de Unicef, Dora Alicia Muñoz.

Aunque el promedio diario de denuncias por violaciones (32) excede el de muertes violentas (17), todavía es un problema que se ha manejado sólo en el ámbito privado, de acuerdo con Norma Cruz, directora de la Fundación Sobrevivientes. En 9 de cada 10 hogares suceden agresiones sexuales, la mayoría de víctimas son niñas, adolescentes y mujeres jóvenes, según estudios de la agrupación.
Del total de denuncias presentadas al MP durante este año, el 48.9% corresponde a víctimas mayores de edad y el 32.7% a menores; el 82.5% de las personas agraviadas fue de sexo femenino y 17.5% masculino (vea: Cada 45 minutos).

Expertos en psicología, psiquiatría y sexología, consultados por Siglo Veintiuno, expusieron algunos rasgos de personalidad presentes en un potencial agresor. No obstante, el director de la Liga Guatemalteca de Higiene Mental, Marco Antonio Garavito, aclara que el tema de los perfiles hay que abordarlo con mucho cuidado. “Alguien puede tener una personalidad normal, pero resulta que es el abusador en la casa”, agrega.

“Nos imaginaríamos que los abusadores son personas con rasgos agresivos o violentos, pero por lo regular son amigables, que están en el entorno de la víctima”, como en el caso de Ángeles, indica Muñoz.

Según investigaciones del Ministerio Público, las violaciones sexuales ocurren con mayor frecuencia en las zonas 3, 5, 18 y 1, sobre la 4a. avenida de la 14 a la 18 calle, detalla la jefa de la Fiscalía de la Mujer, Blanca de Sandoval. Asimismo, se observa un “repunte de casos los fines de semana, quincena o fin de mes, cuando las mujeres salen de compras o deciden salir a recrearse después de la jornada laboral”, añade De Sandoval.

La violación entre familiares es frecuente, según la fiscalía. En estos casos es más difícil que se proceda a la denuncia. Pero también hay violadores que ubican a sus víctimas solas, en las paradas de los buses. En algunas ocasiones, drogan a sus víctimas, las llevan a hoteles, moteles o sitios baldíos. Estos son los que actúan como predadores.

Uno de los casos más emblemáticos es el del violador en serie Abelino Méndez, ex guardaespaldas del ex-ministro de Gobernación, Sálvador Gándara. Según [Norma] Cruz. “Gracias a los testimonios de 14 mujeres valerosas que denunciaron y acompañaron todo el proceso judicial, el sindicado fue sentenciado a 37 años de prisión (lea: Pensé que me matarían).

MADRES Y HERMANAS
“Lo más aterrorizante es el pensamiento de que el padre es el primero que debe de probar a la hija sexualmente para dar el aval de que es buena”, agrega Cruz. Garavito indica que el autoritarismo está en el fondo de este tipo de agresiones. El tema no le sorprende a la titular de la Defensoría de la Mujer de la Procuraduría de los Derechos Humanos, Ana Gladys Ollas, quien asegura que el incesto sigue ocurriendo y agrega que en 2009 hubo 63 mil embarazos en mujeres de 10 a 19 años. “Y el problema después son los abortos, porque las niñas se sienten acorraladas. Y no se les ocurre a ellas, sino a su agresor”, añade.

De enero a septiembre de este año, Sobrevivientes ha brindado apoyo a 100 víctimas de violación, 25  de estas son mujeres de entre los 13 y 16 años, que resultaron embarazadas; 7 de ellas tendrán un bebé de su padre, que será su hijo y hermano a la vez.
Ollas narra la historia en la que una mujer, que tenía dos hijos, se fue a vivir con su pareja. Al cabo de un tiempo, el conviviente huyó con la niña de 13 años. “Inmediatamente nos ponemos a pensar que hubo una violación continuada, pues una niña no toma la decisión de irse”, agrega.

El problema se da en todos los estratos y grupos étnicos. “Claro, hay más riesgo cuando la familia comparte la habitación y en algún momento, el papá y la mamá tienen algún contacto sexo genital en presencia de los niños”, expone Muñoz.

Muy pocos casos terminan en una denuncia, según la defensora de la Mujer. “Lo primero que hace el agresor es controlar a la víctima. Si la mujer quiere salir, el hombre no se lo permite. Le prohíbe la comunicación con los amigos y la familia, para impedirle que pida apoyo, e incluso la amenaza”, explica Ollas.

A SANGRE FRIA
La psiquiatra Lourdes Corado, de la Clínica Dr. Viktor Frankl, de la Universidad Francisco Marroquín, clasifica a los agresores como cercanos o extraños a la víctima. Los conocidos no se acercan de una manera físicamente violenta, sino de la oportunidad que les da la autoridad o el poder que tienen en la vida de la víctima.

Es una situación diferente de cuando la víctima es abusada por un extraño. Este ofensor busca presas fáciles, porque andan solas o tienen cierta complexión corporal que le es fácil dominar. Estos se subdividen en los agresores a sangre fría, que planifican el asalto. No sienten culpa, ni remordimiento, simplemente están cumpliendo un propósito personal de auto gratificación que provoca placer. Con este no hay nada que hacer, es como un felino que ataca, es algo más patológico. “Cuando se hacen estudios de su cerebro, tienen una conexión diferente hacia el lóbulo frontal, donde está la parte de nuestro juicio social; cuando activamos esa parte estamos analizando las consecuencias de nuestros actos y tenemos la posibilidad de cambiarlos”, explica Corado.

El asaltante que actúa emocionalmente afectado, está lidiando un desahogo, desde el punto de vista emocional, que tiene que ver con pobre control de impulsos. Con estos sujetos, la víctima si podría lograr negociar algo, porque está emocionalmente descontrolado.

CÓMO CUIDAR A LOS NIÑOS
La psiquiatra Lourdes Corado recomienda:
A los padres aprender a respetar cuando un niño diga que no. Si no quiere salir con alguien, darle besito, ir a una piñata, hay que respetar su decisión. No se le debe exigir una explicación, porque el niño no va a poder verbalizar el abuso. No espere que denuncie a algún familiar, porque no lo hará, por lealtad o por pena, añade.
La consultora de Unicef, Dora Alicia Muñoz indica que es necesario trabajar en la prevención:
Lo primero que deben hacer los padres es informar a sus hijos acerca de sus genitales e indicarles que hay partes privadas que el niño o niña no debe permitir que otra persona toque o acaricie. “Lo principal es que creen un canal de confianza”.

“PENSÉ QUE ME MATARÍAN”
Consuelo fue víctima de un violador en serie que fue condenado a 35 años de prisión este año. Esta es su historia...
  • Eran casi las 5 de la tarde cuando, del trabajo, en la avenida La Reforma, llegué a la parada de buses para ir a la Universidad. Se estacionó un carro y bajaron dos hombres armados, con el rostro cubierto. Me amenazaron y me subieron al vehículo. No pude gritar, me quede paralizada. Me confundió que me pidieron el teléfono y mis papeles. Registraron mi bolsa y me pidieron el nombre de mis papás y los números de teléfono.
  • Desde que entré al carro, me pusieron una pistola en el estómago y me decían que no gritara y que me quedara quieta, si no me matarían; la otra pistola me la pusieron en la cabeza. En ese momento pensé que me matarían. Luego de dar varias vueltas, agarraron por el bulevar Vista Hermosa y llegamos a un terreno baldío cuando ya estaba oscuro. Yo les suplicaba que no me mataran. Me recuerdo que el cuerpo me temblaba, sudaba frío, pensé en salir corriendo, pero no sabía para dónde. Temía que me dispararan. Me tiraron al suelo.
  • Cuando el hombre que estaba adelante del carro se bajó, se acercó a mí, me empezó a tocar todo el cuerpo, me besaba la cara, el cuello y me decía al oído todo lo que me iba a hacer. Me quitó la ropa despacio y me tocaba. Los otros hombres sólo nos miraban. Entre forcejeos y amenazas me violó; sentía asco y pedía a Dios que pasara lo más pronto posible. Después, me dijo que me pusiera la ropa y que no llorara. Dijo que lo sucedido era normal.
  • Cuando regresamos al bulevar, me dijo que me dejarían cerca de un centro comercial, y que me daría un cheque por Q600 por mis servicios prestados y para que me comprara algo, pues le había gustado estar conmigo. También me tiró Q10 para el bus; me dijo que regresara a mi casa, pues me podía pasar algo.
  • Yo no lo podía creer, no podía creer que todavía dijera tales cosas. Durante el tiempo que estuve cautiva, más o menos cuatro horas y media, me dijo que trabajara para él, que me pagaría bien. Fue tan desagradable, porque también me contó de qué manera había violado a otras mujeres.
  • Estando todavía muy asustada, me comuniqué con mi familia. Primero les dije que había sido un asalto y cuando estábamos en la casa, les revelé lo que había pasado.

05 noviembre 2010

LA VIOLENCIA DE HOY TIENE MUCHO QUE VER CON EL CONFLICTO ARMADO. EXISTE TODAVÍA ESTE RESENTIMIENTO DE LA GENTE, TODOS LOS HIJOS DE LA GUERRA, TODAS LAS MUJERES VIOLADAS, TODA LA GENTE QUE VIVIÓ ESO. EL CONFLICTO ARMADO FUE LA SEMILLA QUE REGARON PARA CREAR MÁS VIOLENCIA.

El testimonio del ex-soldado Rodrigo Sic Ixpancoc.
Me invita a compartir su mesa, un almuerzo abundante en compañía de su familia. Es maestro de profesión y un apasionado del periodismo, colaborador del proyecto en internet "Noticias de mi Gente" . 
Reportaje del periodista Andreas Boueke, publicado en la edición dominical de "ElPeriódico" del 31 de Octubre de 2010

Nos sentamos en el patio de su casa cerca del centro de Rabinal. Él empieza a contar sobre sus días como soldado durante los peores años del enfrentamiento armado interno. Sus recuerdos también constan en su libro aún sin publicar, “La Pesadilla”.


Me llamo Rodrigo Sic Ixpancoc. Nací en Rabinal, Baja Verapaz. Tengo 45 años de edad. En casa hablamos nuestra lengua materna, el achí. Mi infancia fue humilde, sufrimos la pobreza.

Cuando era patojo la gente tenía mucho miedo de que sus hijos anduvieran por la calle. Solían decir, “hoy no salís porque hay agarrada”. Y eso era que el Ejército andaba cerca para agarrar a los muchachos y llevárselos.

No había cumplido los 18 años cuando patrullé con las PAC. En una ocasión, en enero de 1982, llegó el comisionado militar a la casa y entregó una citación. Todos los jóvenes teníamos que presentarnos en el edificio municipal. Mi papá me ordenó: “Andá a ver qué quieren”. Él se caracterizaba por ser muy cumplido.

El comisionado dijo que era para “ir a comer arroz”, como llamaban al hecho de prestar servicio militar. Mi papá se puso muy triste y me abrazó. Lloró. Yo nunca antes lo había visto llorar, jamás. Todavía le dije a mi hermano mayor: “Buscá la manera de sacarme”. El habló con un comandante de los comisionados militares. Pero este le respondió: “No. Que haga frente. Él es hombre”.

Llegaron las mamás a llorar, pero no les hicieron caso. Éramos patojos, muchos patojos, más de 700, de Rabinal y de otros poblados. Nos encerraron todo el día y la noche. Estuvimos bajo el sereno hasta las 2 de la mañana cuando nos subieron en 7 camiones. Los soldados nos pateaban, nos maltrataban.

Llegamos a Salamá donde nos tiraron al suelo y allí los soldados caminaron sobre nosotros. Nos desnudaron, nos examinaron en la clínica. Hasta allá llegaron las mamás a pedir por sus hijos, pero no dejaron salir a nadie. Así empezó la pesadilla.

A unos los llevaron a Zacapa, a otros a la capital, a la Guardia de Honor, a donde me llevaron. Nos mandaron a dormir como a las tres de la mañana y a las cuatro nos levantaron. Tuvimos que caminar hincados con las manos en los hombros, como patos. No habíamos comido.

Nos arrastraron, nos patearon, nos quitaron la ropa, nos bañaron. Muchos se desmayaron de cansancio y de hambre. Esa fue la bienvenida al Ejército. Nos entregaron botas y camisas viejas. Ya éramos soldados uniformados.

Nos llevaron a una finca llamada Del Pino. Conocimos a nuestros oficiales. Nos gritaban: “¡Gallinas! ¡Indios! ¡Guerrilleros!”.
Nos levantaron a las tres de la mañana y empezaron los castigos. Uno se llamaba “diablito prensado”. Consistía en sostenerse con los codos y las puntas de los pies sin bajar el cuerpo por bastante tiempo. Otro de los castigos era “buscando fichitas”. Había que agarrarse una oreja y dar vueltas hasta vomitar. Sin nada en el estómago sólo sacábamos flema. Nos hacían volverla a tragar. También nos tiraban a barrancos o a rodar en el lodo.

Nos enseñaron las “técnicas de tortura”: poner un palo con un lazo en el pescuezo de la gente, darle vuelta al palo y allí dependía de uno si vivía o moría. Se hacía eso para sacarles información.

La mayoría de compañeros era gente de campo, indígenas. En el entrenamiento les cambiaron la mentalidad. Nos decían: “Si tu madre es guerrillera, tienes que matarla”. La misión de los instructores era que todos los soldados se volvieran agresivos. Teníamos que pelear mucho entre los compañeros, boxear, nos ponían a luchar. Muchos no querían hacerlo, y no hacerlo significaba la muerte. El lema era: “Las órdenes no se discuten, las órdenes se cumplen”. No podíamos emitir una opinión.

Muchos desertaban. Una vez un compañero dijo que iba al inodoro, pero nunca regresó, y como no lo encontramos nos castigaron a todos. Los desertores que capturaron se iban presos o los mataban.

El curso duró tres meses, suficientes para cambiar nuestra forma de ser. Ya éramos agresivos. A unos nos enviaron a Mazatenango. Nos dijeron que teníamos que hacer una patrullita de cinco días, pero resultó que fueron tres meses.

Tuvimos nuestro primer enfrentamiento en la finca La Concha. Murieron varios guerrilleros. Buscábamos informantes. Encontramos a un señor de unos 40 años. Fue el que se acercó a un soldado a preguntarle cuántos éramos, y sólo por eso lo llevaron ante el oficial. Lo torturaron. Se escuchaban sus gritos. Le quitaron las uñas. Lo metieron a un tonel y no aguantó. Murió como a medianoche. Todo esto únicamente por ir a preguntar cuántos éramos.

Hicieron un hoyo en la arena y lo dejaron allí.

En esos días cateábamos casas. En una ocasión fuimos a una aldea a buscar a unos señores. Encontramos a un hombre indígena: vestía pantalón blanco y cincho rojo. Estaba escondido debajo de la cama. Amarrado de manos lo trajimos caminando donde el oficial. El compañero que lo vigilaba era un hombre malo. Yo iba a la par de ellos y vi lo que hizo:

Llegamos a un barranco y él le metió un empujón. El señor se cayó y el soldado le disparó, pero no le acertó. El señor salió corriendo. Logramos agarrarlo y lo sentamos. Un sargento ordenó: “¡Quítenle la cabeza!” Y así lo hicieron. “Traigan esa cabeza y tírenla allí en la quebrada”. Luego me llamó y me dijo: “Saque su cuchillo. Necesito el corazón”. Yo empecé a sacar el corazón. Todavía palpitaba. Se lo di en las manos y él me dijo: “¿Estás temblando?” Le contesté: “No, es que el corazón se está moviendo”. Yo sabía que el señor nunca quiso huir. El compañero le dio el empujón porque quería sangre.

En una ocasión estábamos en un pueblo, llegó una señora a quejarse porque su esposo le había pegado. Un soldado que estaba de turno le dijo: “bueno, vamos a ver a su marido”. Pero antes la jaló adentro del monte y llamó a todos los que estaban de turno. Eran como 24. Los 24 la violaron. A la señora la dejaron ir a su casa, salió bien mala. Al otro día el oficial se enteró y le preguntó al soldado: “¿Vos hiciste esto anoche? Sos cabrón. Ahora bajate el pantalón”. Tenía un cigarro encendido en la boca. Se lo ponía en su parte. El soldado pegaba brincos. “Tu castigo por haber hecho eso”.

En la montaña yo estaba todo sucio, enfermo, lleno de hongos. Nunca nos quitábamos las botas. Dormíamos con ellas. A veces llegaban a pagarnos, como Q50, pero de nada me servía, alguna vez se me pudrió el billete en la bolsa. Después de 7 meses nos dieron el primer descanso por 5 días. Me vine a la casa. Sentía vergüenza de mí al verme sucio y sin dinero.

Le conté a mis papás lo que había vivido. Mi mamá tuvo que prestar dinero para que yo pudiera pagar el pasaje de regreso.

Pasó el tiempo y mi papá murió. Yo no estaba. Me llegó un telegrama avisando que él agonizaba, pero no me dejaron ir.

Después entré con un coronel y le dije: “Mire, mi papá murió. Mi mamá se quedó sola. Mis hermanos no están. Soy el único. Necesito que me de la baja”. Su respuesta fue: “Entonces te vas a ir, pero no ahorita”. Eso me dijo y tuve que esperar otros dos meses. El 31 de julio 1983 salí sin dinero, sin nada.

No podía dormir, no tenia trabajo, no tenia dinero, menos para estudiar. Así pasé un año, sentado en el parque. Me emborrachaba para olvidar todo aquello, pero nunca lo conseguí. Uno de mis hermanos pequeños me ayudó mucho, me dio dinero para estudiar. Así fue que poco a poco todo cambió para mí, aunque me costó superar mis memorias. Nunca tuve posibilidades de ir con un psicólogo.

Los otros patojos de mi grupo terminaron su tiempo. Bastantes vivimos lo que cuento. Hoy en día ellos tratan a sus hijos de igual manera que nos trataron a nosotros. Es gente que ha sufrido. Ahora son manejados por un impulso. No tienen un aprecio por la vida, porque saben que tarde o temprano se termina todo. Sienten como que los van a matar en cualquier momento, por eso prefieren vivir el presente.

La violencia de hoy tiene mucho que ver con el conflicto armado. Existe todavía este resentimiento de la gente, todos los hijos de la guerra, todas las mujeres violadas, toda la gente que vivió eso. El conflicto armado fue la semilla que regaron para crear más violencia.

Me siento mal cuando hablo de todo esto. Son cuestiones que uno no quisiera contar, porque ofende a las familias. Pero hay que dar a conocer la verdad.

Yo sobreviví porque tenía algo en mente: estudiar. No quería ser como los demás. Antes nadie estudiaba, era un privilegio de pocos. Con el estudio logré superar todo esto, pero no lo pude borrar de mi conciencia. Mi catarsis es escribir. Escribo cosas muy concretas, y quizá por eso no he podido publicar mi libro. Lo he ofrecido a editoriales, pero hasta ahora no me han dado respuesta positiva.

Escribí de cosas que al Ejército no le gusta, pero no las escribí porque alguien me las contó. Simplemente son las cosas que yo viví.
Le invitamos a que visite los siguientes enlaces en la internet con mayor información y documentación sobre el tema que aborda el testimonio de Rodrigo Sic:
Comisión de Esclarecimiento Histórico: http://shr.aaas.org/guatemala/ceh/mds/spanish/cap2/vol2/tort.html
 Comisión Interamericana de Derechos Humanos: Caso de la Masacre de Aldea Dos Erres
PD: Comentario del periodista autor del reportaje.
Andreas Boueke: (2010-11-05 08:51:21 horas)
Estimado Don Rodrigo, soy Andreas, el periodista que recopiló su testimonio. En los últimos veinte años he entrevistado a muchas victimas civiles de la guerra que se vivió en Guatemala.

He estado presente en varias exhumaciones en las que se encontró a los esqueletos de niños chiquitos con tiro de gracia en el frente. Muchos testigos me han hablado de la crueldad que sufrieron. Pero tuve que buscar bastante para encontrar algún soldado o miembro de las PAC que me hablará de su experiencia. En fin le encontré a Usted y conocerle ha sido una experiencia especial. Conocí a un hombre que tiene el valor de enfrentarse a su pasado, que reflexiona sobre los situaciones que fue obligado a vivir. He visto que Usted esta esforzándose para manifestar la verdad y así sanar las heridas que lo vivido le ha causado. Por esta actitud le admiro como hombre, como ciudadano, como persona valiente, recta y honrada.

Me ha causado mucha tristeza y vergüenza leer cada uno de los comentarios negativos en las que se le esta atacando a Usted en este foro.
[Se refiere al foro de opinión del medio escrito "ElPeriódico" en que fue publicado el testimonio]

Hasta cierto punto me siento responsable por haberle puesto en la situación de tener que aguantar estas acusaciones infundadas. Usted me alimentó en su casa humilde, me regaló su tiempo y compartió su historia conmigo. Después decidí ofrecerle dos billetes que tenía en la bolsa. Usted se negó a recibirlos, yo insistí.

[No] Tengo ninguna duda de que su motivación en contarme su historia fue basada en una actitud honrada, apegada a la verdad. Me contó cosas horrorosas, pero estoy seguro de que fueron congruente con su memoria de lo vivido. He escuchado muchas historias similares de parte de las victimas y he visto las pruebas científicas de que tales actos violentos ocurrieron realmente y en muchísimos casos. A Usted también le considero una victima. Pero Usted me impresiona con su actitud optimista y luchadora. Por eso le miro mucho más que victima como un ejemplo de valentía y honradez.

Con mucho respeto, Andreas Boueke