Fuente: Información publicada en el diario "Prensa Libre" del 8 de marzo de 2011.
En la aldea Chicamán, del el municipio de San Lucas Sacatepéquez, doña Aura Suruy asegura que es un regalo de Dios, sabe que no llenará el vacío ni curará el dolor que dejaron sus tres hijas, asesinadas en mayo de 2009.Doña Aura Suruy Socoreque con su pequeña Norma Roxana |
Esta madre, con su bebé en brazos, afirma que ya no se siente sola y que Norma Roxana, aunque aún no entiende su dolor, ha sido su consuelo.
Suspira y dice: “Yo le digo a la beba que sus hermanas ya no están, pero que si vivieran, ya estarían grandes y que la mayor fuera toda una señorita”, en ese momento deja de hablar y las lágrimas vuelven a rodar sobre sus mejillas.
“La abrazo y la pongo en mi pecho, y le digo a Dios: te doy gracias, pues te llevaste a tres, pero me mandaste otra. Aunque no va a llenar todo el vacío en mi corazón, estoy contenta, porque me permitió tener a este angelito”, agrega.
Llamado a la reflexión
Suruy comenta que su experiencia le ha servido para orientar a otras madres sobre la importancia de dar más atención a sus hijos y que no se concentren solo en el trabajo.
“Ahora entiendo que hay que estar más tiempo con ellos, tal vez sean desobedientes, pero hablemos con ellos, acerquémonos y digámosles: te quiero”, expresó.
Pronto retornará a su empleo como empleada doméstica, y ahora tendrá la oportunidad de llevar a su hija en su lugar de trabajo.
Suruy asegura que está satisfecha con la condena de 163 años de cárcel para Áxel Noé Cho Aspuac, Luis Roberto Socoreque Mashán y Moroni Hared Silva Urbina, quienes fueron hallados culpables del triple asesinato.
“A quienes viven casos similares al mío y la justicia no ha llegado, les digo que sigan luchando hasta el final”, recomendó.
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